Súplicas a mi memoria


No me abandones, no
que sin vos muero de pena.

No me abandones, no
que si no estás, en mi pecho nace
un mar espeso…  denso… salado
que me inunda el alma
ahogando mis gritos
ante la realidad que me circunda.

No me abandones, no
que si te vas
no puedo rebelarme con toda la furia
que se esconde agazapada
detrás de mis oscuras montañas
camufladas de mansedumbre
esperando vencer mi cobardía.

No me abandones, no
por favor, no me abandones,
por todos los ojos
por todas las vísceras
por todos los cuerpos
por todas las manos
por todas las “ni una menos”
por todos los “nunca mas”
por todos los “donde está”
por todos los “Santiago”.

Por todos los nombres.
Por todos.

Que mi voz,
mi voz, sin vos,
calla.

No me abandones… no.



Súplicas a mi memoria
Cristina Leiva - Cris, Lacarancha



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